El diseño del pabellón nace de la idea de representar la cultura de México a través de elementos tradicionales que no han sido utilizados anteriormente en este tipo de exposiciones. En lugar de crear un edificio protagonista, la propuesta se basa en la idea de generar un espacio público, verde y abierto: el volumen está definido por un talud que se convierte en plaza pública abierta a todos los visitantes de la expo. Esta plaza está sombreada por unas estructuras en forma de “papalotes” que mejoran la experiencia de sus espacios y la hacen visible a la distancia. El programa de exhibición se encuentra debajo de la plaza.